16 de junio de 2006


CXXVI
CARTA

Mi querido drogadicto:
de la mariguana al jaco,
y de los hongos a Baco.
Tú me das al veredicto
de tus dioses tan convicto.
Yo viejos acompañantes:
soledad, amor tajantes.
La muerte también la nombro,
madura la llevo al hombro.
Son mis viejos navegantes.
[1]

CXXVII
FÁBULA

-Mi mal es la inteligencia
en este mundo ramplón
-dijo un sabio del montón,
siendo en todo una eminencia
contando con reverencia-.
Se le rió un tocinero
de esos que untan dinero:
-Tu sapiencia ya no renta
pues no la pones en venta.
Sólo sirve de florero.

Como sonó a grosería
la parrafada del necio
fue el sabio y puso su precio
a su alta sabiduría,
mostrando su rebeldía,
en ganar todo dispuesto,
no queriendo ser honesto.
Fue aplaudido, festejado,
triunfador y hasta votado.
Desde entonces está traspuesto.

CXXVII (bis)
COSAS DE PERIODISTAS

El inmigrante racista,
el chulo un patriotero,
el cobarde es un torero,
el maricón un machista,
el equívoco la pista.
Nada hay como el disloque
en edad birlibirloque,
en tiempos alucinantes,
en las manos de informantes:
Toda verdad un bodoque.

CXXVIII (bis)
ACRÓSTICOS CABRITOS

Con cuerpo tan encuernado
Afrenta tu cornamenta.
Bríos dale a la osamenta
Retorcida de venado,
O puede que de ganado.
Neta extremidad, pitón.
En ello está la pasión.
Recuerdo de tu señora
Echada, en tan buena hora,
Segura, en un revolcón.

Por eso date de frente,
O, agachada la cabeza,
Retrocede tu vileza,
Señala muy cortésmente
El culpable, el ausente
Responsable de los cuernos.
Para ti, que son tan tiernos
Sentimientos doloridos,
O sentidos añadidos
En regalos sempiternos.

CXXVIII (rebis)
LACRAS DE POETA

Son el político, el banco
los que matan al poeta.
Sus vicarios son piqueta
que le dejan cojitranco,
bordeándole el flanco
de la pura libertad,
o en plena necesidad.
El filósofo verdugo,
el moralista tarugo.
Siervos en docilidad.

CXXVIII
HISTERIA DE ESPAÑA

No me vengan con patraña,
cambio, canje, trapicheo,
mentiras y lloriqueo
por esa histeria de España
que la inunda en su entraña.
Al siquiatra la materia
si la enfermedad es seria.
La convulsión y el sofoco,
el trastorno y soplamoco
sólo son cosa de histeria.

No me vengan con la historia,
con la gesta y la leyenda,
pues todo lo más es venda
que tapa toda memoria.
La cura no es esa gloria
de la locura excitada,
por todos interpretada.
Eso es histerismo puro,
no soluciona el conjuro
ni sirve como coartada.

CXXIX
TRETA DE POETA

Muertos los del veintisiete,
tocados los del cincuenta,
los novísimos fue cuenta,
o el cuento del alcahuete,
montado desde el bufete
de crítico de poetas.
Siendo más bien proxenetas
los críticos de pasquín.
Por no decir con su fin.
Armaron muy bien sus tretas.
[2]

CXXX
ENSEÑANZA IDEAL DE CONSUMIDORES

La docencia es indecencia,
pues borregos capitales
quieren los fundamentales
señores de la indigencia,
feudales de la insolencia
y siervos del capital,
de la patria patriarcal.
Educar a seres libres
no quieren, sino unas liebres.
El consumista ideal.

Es por ello que la fiebre,
el malestar del docente
está siempre más patente,
salvo si va de pesebre
y por eso no se quiebre
la cabeza con problema
en esta clase de tema.
La enseñanza un cachondeo,
los alumnos mercadeo,
consumistas de un sistema.

[1] O: Son mis viejos nigromantes, rocinantes, militantes, mitigantes, litigantes, informantes, habitantes, gobernantes, fascinantes. O,
Mis viejos estimulantes/acompañantes/alucinantes.
[2] O: A todos dieron caretas/recetas.

1 comentario:

LEONOR DINAMARCA dijo...

Dos veces estar en España
Y no conocerte
Y no toparme
con la voz de los poetas
La demonia no sabe
si la magia
está
en hablar
o en callar constantemente
un beso dmoniaco
desde este lugar extraño