2 de junio de 2006


I
DEL DECIR

Voy diciendo lo que pienso;
si no, pierdo lo que digo:
por maldecir me desdigo,
por bendecir no dispenso.
Por ello en el discenso
parlo, hablo, manifiesto,
todo lo mejor dispuesto,
dicho, término, vocablo,
para decir lo que hablo
bien claro y más compuesto.

II
ALTURA DE MIRAS 1

Por mirar, miro los cielos
que es donde mejor aprendo,
ya que el suelo es tan tremendo
que no merece desvelos.
Aunque para muchos lelos
que adoran toda riqueza,
van a dar en la certeza
de tierras o pavimentos,
por los que beben los vientos,
quedando en triste torpeza.

III
ALTURA DE MIRAS 2

Por avistar, veo el cielo,
buscando que alguna nube
se parezca a lo que sube
o me ofrezca algún anhelo
de huir de este camelo:
que en algún mundo pervive
aquel que no se desvive
en buscar riqueza y oro
o encontrando un tesoro
en las aguas del Caribe.

IV
MEMENTO

Fue barbián acomodado,
trepador de natural,
de talante tan triunfal
y por siempre abanderado.
Hombre bienaventurado.
A política y negocio
le rindió su sacerdocio.
Murió sin decir amén
cuando todo le iba a cien.
Tenga en la tumba su ocio.

V
MEMORABLE

Era un hombre inteligente,
en los negocios un lince,
del uno hacía hasta los quince.
Tal muestra de diligente
fue su ingenio entre la gente
del Mercado, el Capital,
que en la Bolsa celestial
hizo tan grande fortuna
pues no tuvo en parte alguna
reposo y vida cabal.

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