11 de enero de 2007









CCXXXVI
MATÓN

En esta mañana había sucedido.
Lo mató, sin más, con una hacha.
Le clavó como quien despacha
la muerte, en telediarios consumido,
la carne y sangre como sin gemido.
Y pidió un chupachups tras el suceso,
dicen tan tranquilo y tan confeso,
y se quitó el chandal y las botas,
manchadas con rojo y blanco de gotas,
seso y sangre: las marcas del deceso.

CCXXXVII
MODA

La moda y modo te miden.
Tiene poder cojonudo.
Son del dominio el escudo,
dándosele cuánto piden.
Nunca dan, siempre reciben.
Secuestran cuerpo de niño
para marcarle el aliño.
Acogen cuerpo de viejo
para moldear pellejo.
Todo con mucho cariño.

CCXXXVIII
RECUERDO ALBERTI

Meo sólo ante el convento,
y naufraga toda Roma,
con peligros en que toma
tan osado aforamiento,
marcado con la meada,
en su deber empeñada
de correrse calle abajo,
por tener mayor atajo,
de mostrarse depravada.[1]

CCXXXIX

NENA

Cara y culo acrisolados,
con la mayor alegría,
pues no pasa ningún día,
niña, sin que, mostrados,
estemos tan embobados.
Tienes juventud del aire,
de pocos años donaire.
Tienes en tus manos vida,
en tus senos bienvenida
imaginada al socaire.

CCXL
CAZA

Van a la caza del voto
en campaña electoral.
Acuden al personal
con redoblado alboroto,
a ignoto coto remoto,
con consignas y carteles,
publicidad y papeles,
mentiras y socaliñas
usados en las rapiñas
para sonsacar peleles.



[1] O también:
De mostrarse degradada
De mostrarse cotizada
De mostrarse clarinada
De mostrar su carcajada.



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